Los niveles muy elevados de estrógenos en la sangre se asocian a un mayor riesgo de cáncer de mama, de útero, de próstata, de colon o de ovarios. Para evitar que estos niveles aumenten, debemos prestar atención a nuestra dieta y hacer ejercicio con regularidad.
Hay dos tipos de estrógenos:
Controlando la producción corporal de estrógenos y el suministro de estrógenos exógenos, conseguimos un equilibrio que nos protege de muchas enfermedades. Para conseguirlo, debemos favorecer ciertos alimentos y minimizar otros.
La aromatasa es la enzima que ayuda a nuestro cuerpo a producir estrógenos. Controlando la actividad de esta enzima con los alimentos, podemos evitar una producción endógena excesiva de estrógenos.
En su libro Transforma tu salud (Ed. Grijalbo), Xevi Verdaguer selecciona los siguientes alimentos por su contenido en sustancias que inhiben la actividad de la enzima aromatasa.
Para conseguir un buen equilibrio hormonal, debemos evitar los alimentos que influyen negativamente en la producción excesiva de estrógenos, ya sea directa o indirectamente:
No sólo puedes elegir los alimentos adecuados para tu menú, sino que también puedes tomar medidas para cuidar tu hígado, el órgano responsable de eliminar el exceso de estrógenos, y tu microbiota.
Para cuidar tu hígado, debes evitar o moderar el consumo de café, tabaco y aditivos alimentarios. Elige alimentos ecológicos para evitar sustancias tóxicas que puedan alterar el equilibrio hormonal. También puedes hacer pequeños ayunos, por ejemplo, no comer nada desde la tarde hasta el desayuno, y añadir cúrcuma, hinojo, romero, etc. a tus platos para sazonarlos. También son útiles las infusiones de boldo, cardo mariano y diente de león.
Para cuidar tu microbiota intestinal, come mucha fibra prebiótica, especialmente inulina (presente en cebollas, ajos, espárragos, etc.), así como alimentos fermentados como miso, chucrut y kombucha.
