Comer lechuga todos los días forma parte de la esencia del verano, pero sea cual sea la estación del año, es un alimento recomendable y muy saludable como parte de una dieta variada y equilibrada. Aunque hay diferentes tipos de lechuga, como la escarola, la romana o la iceberg, sus beneficios y su composición nutricional son bastante similares.
El consumo de esta verdura se remonta a muchos siglos atrás: los egipcios ya la cultivaban hace miles de años y la consideraban sagrada. Muchas civilizaciones, como la griega y la romana, la incluían en su dieta, y en la Edad Media, la lechuga se consideraba una planta medicinal en Europa. En los tiempos modernos llegó a Norteamérica y en el siglo XIX se extendió también a Asia, Sudamérica, África y Australia.
Entre los beneficios de la lechuga para la salud se encuentran la prevención de enfermedades, el control de la ansiedad y la inflamación o los efectos positivos para el corazón, como informa Organic Facts.
En nuestro artículo principal sobre la lechuga, hablamos de la composición nutricional de la lechuga, que se caracteriza por su bajo contenido en calorías en comparación con su alta composición nutricional y su alto contenido en agua.
100 gramos de lechuga contienen 2,2 gramos de hidratos de carbono, 1,1 gramos de fibra, 1,35 gramos de proteínas, 5 miligramos (mg) de sodio y 95,63 gramos de agua. No tienen colesterol y sólo tienen 0,22 gramos de grasa. Y sólo 13 calorías.
Las vitaminas más presentes en la lechuga son la vitamina A (3312 mg), la vitamina B-9 (73 mg) y la vitamina C (3,7 mg). Los principales minerales son el potasio (238 mg), el calcio (35 mg) y el fósforo (33 mg). Esta crujiente verdura también tiene pequeñas cantidades de hierro y vitamina K, vitamina E, zinc y magnesio.
Las diferencias entre las distintas variedades varían. Por ejemplo, en comparación con la lechuga romana, la lechuga roja aporta más vitamina K, un poco más de hierro y algo menos de calorías, mientras que la lechuga romana contiene más fibra y vitaminas A y C. Lo ideal es que cubras tu menú con diferentes lechugas.
Lee a continuación lo que le ocurre a tu cuerpo si comes lechuga todos los días. Hay muchas buenas razones para comer más y mejores lechugas este verano.
La lechuga tiene propiedades que ayudan a controlar la inflamación. Aunque se necesita más investigación, se ha demostrado que los extractos de lechuga, en modelos experimentales, controlan significativamente la inflamación desencadenada por biocatalizadores como la lipoxigenasa y la carragenina.
Los niveles elevados de colesterol están asociados a las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión y la obesidad. Un estudio realizado en roedores para comprobar los efectos del consumo de lechuga sobre la grasa y el colesterol demostró que los niveles de colesterol están controlados por un fenómeno llamado peroxidación lipídica.
Su riqueza en minerales como el potasio y el magnesio ayuda a mantener un ritmo cardíaco saludable y relaja las células del músculo cardíaco.
En el pasado, la gente bebía té de lechuga para dormir mejor. La sustancia responsable del efecto calmante es el lactucarium o líquido blanco que escapa al cortar la lechuga. Los estudios en animales han confirmado el efecto calmante de esta sustancia. Actúa bloqueando los procesos de señalización excitante en el tejido muscular y nervioso. Las investigaciones afirman incluso que el efecto de la lechuga sobre el sueño es comparable al del diazepam.
La lechuga te ayuda a mantenerte más joven durante más tiempo: Un estudio publicado en la revista Ancient Science of Life Journal descubrió que las verduras contienen antioxidantes que pueden eliminar los radicales libres que atacan los tejidos, las células y el ADN sanos. La lechuga puede neutralizarlos y proteger tu cuerpo de su ataque.
La lechuga contiene sustancias bioquímicas con propiedades que pueden combatir los microbios y las infecciones como la Candida albicans y otros hongos. Los terpenos y los cardenólidos, así como enzimas como las glucanasas, son responsables de ello, según los conocimientos disponibles.
Otro efecto en tu cuerpo si comes lechuga todos los días es que puedes mejorar tu salud cognitiva y combatir la ansiedad.
Un trabajo de investigación publicado en 2012 en el Asian Pacific Journal of Tropical Disease concluyó que la lechuga tiene propiedades ansiolíticas. Cuando se probaron sus extractos en animales de laboratorio, se redujo su actividad motora.
Mantenerse hidratado es especialmente importante en verano. Combina los líquidos de absorción directa con alimentos ricos en agua, como la lechuga, que contiene hasta un 96% de agua.
Gracias a su contenido en agua, la lechuga tiene un efecto diurético, te hace sentir saciado y te ayuda a controlar tu peso. La fibra también es importante para una mejor digestión y favorece la actividad intestinal.
Los diferentes ingredientes de la lechuga hacen que, si la comes a menudo, le haga mucho bien a tu cuerpo. La vitamina A es importante para la salud del sistema inmunitario, el crecimiento celular, la salud de los ojos y la visión, o el desarrollo y la función de muchos órganos vitales como el corazón, los riñones y los pulmones. Tres tazas de lechuga roja te proporcionan el 127% de la cantidad diaria recomendada.
La vitamina K, que se encuentra en abundancia en la lechuga , es importante para unos huesos sanos y fuertes y para la coagulación de la sangre.
