Valores nutricionales por cada 100 gramos
La berenjena es una verdura morada característica con una piel elástica y un sabor específico. Suele recibir muchos nombres, aunque el más popular, sin duda, es el de berenjena. Esta planta es un miembro de la familia de las solanáceas, como el pimiento, la patata, el tomate y el chile, entre otras.
Aunque la mayoría de la gente la considera una verdura, botánicamente la berenjena es considerada una fruta (ya que cuenta con semillas), específicamente una baya. Las propiedades nutricionales de la berenjena en Europa ya se conocían, al menos, desde el siglo XVI, pero se cultivó principalmente como planta ornamental. Hoy en día, la berenjena es muy valorada por su sabor y valor nutricional.
La berenjena es muy baja en calorías. 100 g de berenjena contienen solo un poco más de 20 kcal, lo que significa que a menudo lo utilizan personas que se encuentran en un plan alimenticio orientado a la pérdida de peso. Así mismo, se puede decir que la berenjena es prácticamente solo agua: consta del 90% y solo del 2% son azúcares (específicamente hidratos de carbono).
La berenjena también es una rica fuente de potasio, calcio y magnesio, además de fibra. Vale la pena recordarlo porque la berenjena contiene más del doble que una manzana.
Desafortunadamente, por otra parte, la berenjena contiene poca vitamina C, vitamina A y vitaminas B. A continuación, compartimos sus valores nutricionales.
Aproximadamente, 100 gramos de berenjena contienen lo siguiente:
Por otra parte, con frecuencia, la berenjena es recomendada por nutricionistas por sus propiedades desintoxicantes. Es por ello que los médicos sugieren aumentar la ingesta de berenjenas durante la terapia con antibióticos.
La berenjena también reduce el riesgo de padece diversos tipos de cáncer. También tiene un efecto positivo sobre el metabolismo y la regulación de los niveles de colesterol (se ha probado, por ejemplo, que ingerir berenjena con frecuencia reduce el porcentaje de colesterol LDL en la sangre).
Es debido a esto que la berenjena previene algunas enfermedades cardiovasculares, como lo son: infartos, ictus, hipertensión arterial, trombosis, entre otras.
Si quieres realizar una dieta de desintoxicación o complementar la que ya estás llevando a cabo, se recomienda el incluir berenjena de forma frecuente en tu alimentación (por ejemplo, en ensaladas, guisos o jugos, etc.).
Particularmente digno de mención es el alto contenido en fibra de la berenjena; que como hemos mencionado, es mayor que en otras frutas, como la manzana. La fibra es un componente importante de una alimentación saludable porque te ayuda a sentirte lleno, estimula los movimientos intestinales y previene el estreñimiento. Además, se une a las toxinas, las elimina de los intestinos y reduce el colesterol (de ahí algunas de sus propiedades desintoxicantes). Los estudios han demostrado que comer verduras ricas en fibra reduce el nivel de colesterol malo (como hemos mencionado) y previene las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de intestino, principalmente.
Así mismo, los pacientes con diabetes tipo 2 pueden beneficiarse de la berenjena, ya que las frutas y verduras con alto contenido de fibra reducen el riesgo de un ataque cardíaco; además de que pueden ayudar a estabilizar los niveles de glucosa en sangre (algo de suma importancia para pacientes que padecen algún tipo de diabetes).
La berenjena también es importante para nuestra salud por su alto contenido en fibra. Esto tiene un efecto positivo sobre los niveles de colesterol, ya que inhibe el proceso de biosíntesis del colesterol en el hígado.
Sin embargo, el alto contenido de fibra de las berenjenas puede causar molestias como gases y dolores de estómago.
Desafortunadamente, la berenjena también tiene sus inconvenientes. Al preparar platos de berenjena, debemos de tener en cuenta que puede llegar a ser un tanto difícil de digerir. Por lo tanto, la berenjena no debe administrarse a niños ni a mujeres embarazadas.
Las personas que sufren de enfermedades como el reumatismo y la gota también deben evitar la berenjena. Tampoco se recomienda para personas con riñones enfermos y problemas con el sistema digestivo.
Hay muchas ideas para usar berenjenas en la cocina, aunque originalmente las berenjenas se cultivaron como plantas ornamentales. Deben su fama culinaria a los italianos que los promocionaron como refrigerio refinado. Las más populares son las berenjenas al horno rellenas de arroz, cereales o verduras. También se suelen alojar durante la temporada de barbacoa como uno de los componentes de las brochetas de verduras o como rodajas a la parrilla en un adobo.
Vale la pena recordar no pelar las berenjenas tiernas. La capa superior se puede quitar fácilmente de la berenjena más vieja después de hornearla en el horno o en la parrilla.
Una etapa muy importante en la preparación de las berenjenas para el tratamiento térmico es cortarlas y salarlas. Para hacer esto de la mejor forma posible, puedes dejar la berenjena en un colador para que suelte el jugo, el cual es el responsable del amargor característico de este fruto.
Otra forma de deshacerse del regusto amargo es espolvorear la berenjena con un poco de jugo de limón. Para ello, tenemos que dejar la berenjena durante media hora, la enjuagamos con agua corriente y la limpiamos con una toalla de papel. Esto eliminará el amargor de la berenjena en su totalidad; si bien, puede adquirir un ligero sabor cítrico (si no deseas esto, entonces evita este método y opta por la primera opción).
Salar la berenjena antes de freír también evita que la berenjena absorba tanto aceite durante la fritura. De lo contrario, esta fruta baja en calorías se convertirá en una verdadera bomba de calorías que gotea grasa, lo que agregará propiedades no tan saludables a nuestro alimento.
